martes, 16 de octubre de 2012

El ciclo de las quintas

Cuando uno va por ahí, ya sea porque anda deprimido, o porque, como se decía antaño, no folla lo suficiente, o, sencillamente, porque uno ya entró en la patética categoría de viejo cascarrabias, cuando uno va por ahí, decía, no para de ver cosas que le irritan sin que nada pueda hacer para hacer como que no las ve o, si acaso, como que no van con uno. Son todas, sin excepción, cuestiones que tienen un denominador común: la mala educación. 

La mala educación, es decir, esa característica, o alarde, que tiene sus más sólidos fundamentos en la ignorancia del otro. Sí, el maleducado es un señor que desde su más tierna infancia se acostumbró a considerar que el otro, salvo para servirle, no existe. Nadie le dijo nunca, niño no toques el tambor que estás molestando a los de la mesa de al lado. Por ejemplo. Y así todo. 

Hoy aparece en todos los medios una noticia que no por sospechada, e incluso sabida, deja de sorprender y sobre todo de fastidiar, y ella es que, según la UNESCO, España está a la cabeza europea del fracaso escolar y paro juvenil. Por detrás, sí, de esos rumanos y demás que tanto despreciamos. ¡Toma ya!

La verdad, con esos mimbres a nadie puede extrañar que nos esté pasando lo que está pasando. Masas enfervorecidas acudiendo a las plazas públicas en demanda de quimeras varias. Una patria paradisiaca los unos. Un "Estado Social" de los que hasta te limpian el culo, los otros. Un medioambiente impoluto sin por ello dejar de agarrar el coche para ir a hacer botellón al quinto pino, los de más allá. Cada uno, en definitiva, recreándose en sus caquitas y las matemáticas que las estudien los otros que es para lo único que sirven. Ya te digo, las matemáticas, como si no existiesen, como los otros que nadie ve. Los invisibles. Las inexistentes.

Sí, es evidente que tenemos un problema y gordo. Uno, reconocer al otro. Dos, estudiar matemáticas. Lo uno por lo otro, lo otro por lo uno. El pez que se muerde la cola. El ciclo de las quintas. Y lo siento mucho por los que no quieran comprenderlo porque en su tozudez sustentarán todo tipo de sufrimientos... que, por cierto, salpican. Y no poco.




2 comentarios:

  1. Realmente hay poco comentario que hacer a esto, sino que es algo tan evidente que da pavor el que la gente no salga a la calle precisamente para protestar por esto, aunque uno piensa que contra quién va a protestar, si se trata sencillamente de algo de lo que la población y no el mal gobierno es responsable. Quizá lo terrible sea que no se sabe muy bien qué hacer. Fíjate, por otro lado, cuál es el panorama: la gente con mayor instrucción sale para afuera. Ahora, si yo tuviera veinte años menos, sin duda haría lo mismo. Bueno, la verdad es que lo hice, aunque en aquellos tiempos era posible buscarse la vida. Hoy son otros tiempos.

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  2. Eso, contra quién va a protestar. Y sin embargo, parece que lo tienen claro. Hasta Rubalcaba que al parecer tiene estudios superiores, aunque eso, es evidente, no es garantía de sensatez.

    Eso, de momento, si puedes, irte. No hay otra más inteligente.

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