viernes, 2 de marzo de 2012

Suburbios


¿Saben cuál es lo peor de los suburbios? Se lo diré: no son los gases malolientes y el ruido que expelen las fábricas, ni la inseguridad de los descampados llenos de inmundicias varias, ni, ni siquiera, la sensación de confinamiento que proporcionan unos servicios públicos incipientes, no, nada de eso, lo peor es que siempre tiene uno cerca de su cama, de su butaca de lectura y tele, de su mesa de trabajo, de su cocina, de donde quiera que esté, una máquina excavadora dando marcha atrás. 


Supongo que saben de lo que hablo. Ese pitido agudo e intermitente que ideó cualquier sindicalista oligofrénico, perdón por el pleonasmo, porque un día ya lejano hubo un accidente laboral del que fue protagonista una excavadora dando marcha atrás. Pi, pi, pi, se te mete por los oídos con intenciones asesinas. ¡Dios mío, no quiero ni pensar como acabará la cabeza de esos desgraciados obreros! Supongo que inservible para cualquier cosa que no sea ver o hablar de fútbol. O algo por el estilo. 


Total, que no me va a quedar más remedio que empacar y seguir mi camino. Y por tal es que, cuando bien lo pienso, tengo que aceptar mi más sincero agradecimiento a las excavadoras dando marcha atrás. Porque ellas refuerzan mi voluntad de ser trashumante. De ir de aquí para allá buscando los mejores pastos. 


De hecho ya estoy en ello.  Ayer por la mañana, desesperado por la insistencia sonora, agarré la bicicleta y me tiré a la carretera, todo hay que decirlo, un poco en plan suicida. Los coches me pasaban rozando y no fueron pocos los insultos recibidos. Pero al fin llegué a Astillero sin una intención concreta. Hasta que vi una oficina inmobiliaria. ¡Coño, voy a ver que se cuece aquí! Entré. El oficinista atendía con solicitud a una pareja de mediana edad. Querían un piso en alquiler con opción a compra y estaban dispuestos a llegar a los trescientos cincuenta euros al mes. Quizá en Sarón tenga uno de esas características, dijo el agente. Al final, cuando ya se despedían, añadieron que si, ya, encima, les encontrase un trabajo... bueno, el agente no perdió la compostura y dijo que todo se andaría. Y se volvió hacia mí preguntando que qué se me ofrecía con un aire un poco de estar pensando que yo era otro más de lo mismo. Bueno, ¿ésta es una agencia inmobiliaria, no?, le dije. El tipo sonrió y me invitó a sentarme. No tardamos en hacer migas. Estuvimos hablando de cualquier cosa menos de pisos durante más de dos horas. Y eso porque apareció por allí una secretaria llena de piercings que si no no sé. Porque el tío, verla aparecer y cambiar de tema todo fue uno. Y es que, claro, había dedicado el grueso de sus intervenciones a poner a parir a su señora. Según él, no había forma de dejarla satisfecha. Se hiciese lo que se hiciese ella siempre quería ponerlo todo un poco mejor. Ni te digo la catarata de ejemplos que me puso. Porque es que vivían tan lindamente en un piso y ella se empeño en ir a un chalé. En fin, le aconsejé que la pusiese a estudiar algo. Pero él lo vio problemático. ¿Quién la dice ahora...?, y se quedó pensativo. 


En resumidas cuentas, que él también me dio algunos buenos consejos respecto de lo que me había impulsado a entrar en su oficina. Y se quedó con mi teléfono porque va a mirar unas cuantas cosas que me podrían interesar.  En un sitio consolidado, es decir, donde todo esté construido alrededor y no haya posibilidades a corto ni mediano plazo de ponerse a excavar con fines especulativos. Y cerca de la estación y el parque y la biblioteca y la ruta verde. Y a trasmano de la zona de movida. Por lo demás Astillero tiene hasta "Mercadona". Con eso les digo todo.      

2 comentarios:

  1. ¿Por que no se compra una de esas caravanas tan maravillosas que tienen los ciudadanos americanos que les gusta no afianzarse en ningún sitio? Lo malo es que en este país tendría que vivir en un camping y no se si eso le gustaría , pero por lo demás...

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  2. Efectivamente, Anónimo, una caravana es una de las opciones que he barajado muchas veces, pero vivimos en el país que vivimos y si me fuese a los campings estaría todo el rato pensando en "Historia de una violación".

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