viernes, 13 de enero de 2012

Revuelo

Karzay explicando cómo la tienen los americanos.

Cada sí y cada no tiene que haber en la escena internacional un caso banal de dudoso gusto que atizado convenientemente por los puros de corazón levanta un revuelo inusitado. Porque es que, ya saben, sin revuelo se acumula el polvo y se dispara el asma.  


Para que la cosa funcione convenientemente, el acto banal tiene que estar protagonizado por americanos. La verdad, no se qué tienen esos chicos, pero desde luego tenemos que reconocer que su capacidad para provocar indignación es proverbial. Tira un americano un cuesco y ahí tienes a cien mil idiotas revistiéndose de respetabilidad. No sé, quizá hace dos mil años les tocaba el turno a los romanos. En cualquier caso, estoy seguro de que no ha habido momento de la historia sin su correspondiente colectivo compacto levantador de revuelos. 


Ahora les ha tocado el turno a unos soldados que han meado sobre unos talibanes muertos. Pura continuación de la guerra por otros procedimientos, los psicológicos. Es muy importante para ganarla. Los soldados saben, porque lo han leído en el Corán, que un musulmán, aunque sea martir, no puede entrar en el paraíso, ya saben, donde les esperan muchas huríes, si su cuerpo está impuro. Y por eso les mean encima a los muertos, para acojonar a los vivos. 


A tal efecto, recuerdo un reportaje que vi en la BBC. Era un campo de concentración en el que los aliados tenían presos a los alemanes que iban haciendo prisioneros. Las fotos que enseñaron en nada tenían que envidiar a las de Auschwitz. Todos los inmates parecían padecer un síndrome de anorexia galopante. Preguntado al respecto el ministro británico de asuntos exteriores de la época, respondió lo siguiente: "Sí, eso puede que sea malo para la historia, pero es muy bueno para ganar la guerra."


Bueno, yo, como casi todas las personas que conozco, respecto a la guerra sólo puedo hablar de oídas. Porque nunca me he visto en tal aprieto. Pero hago mis esfuerzos para comprender en lo posible a la soldadesca. Los chavales vienen con la excitación que da el jugarse la vida y no pueden relajarse haciendo yoga. Les distiende más jugar a los trogloditas. Lo veo natural. 


Por lo demás, que bueno sería que no hubiese guerras. Y que reinase el amor fraternal entre todos los humanos. Y que todos tuviésemos una parecida fe y una parecida lengua para comunicarnos. Por no hablar de unas parecidas necesidades y una parecida autoestima. Y así todo habría suficientes diferencias entre unos y otros para tenernos entretenidos hablando mal del vecino, eso sí, sin llegar a mayores. Pero hay lo que hay porque somos como somos y nadie lo va a remediar por los siglos de los siglos. Así que pueden estar tranquilos los puros de corazón que motivos para revestirse de respetabilidad nunca les van a faltar.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario