martes, 3 de enero de 2012

¿N´est-ce pas, Mademoiselle?

Nunca había pasado unas Felices Fiestas tan livianas como éstas que están a punto de terminar. Nada de comidas ni cenas copiosas. Nada de reuniones entrañables. Un paseo en bicicleta por el campo de vez en cuando, un poco de lectura y tal, comidasmeriendascenas a la caída de la tarde y, después, un capitulo de Hercule Poirot o, en su defecto, uno de Miss Marple. Bueno, el día de noche vieja, after Poirot, vimos un rato cantar a Liza Minelli que la pobre más bien daba pena, y, luego, para recibir el año, a las jais del Crazy Horse de Paris enseñando sus encantos. También de pena, porque hoy día, ya me dirás tú, a quién le puede poner eso.  

Viendo todas esas historias detectivescas he creído comprender el porqué de que mi madre tenga la cabeza que tiene a sus noventa y nueve años. Porque es que ella se las ha visto y revisto todas, lo cual significa que ha hecho trabajar de lo lindo a todas sus neuronas. Porque, lo cierto es que utilizando sólo unas pocas no te enteras de la misa la media. Hay que estar atento al cien por cien y, así y todo, cuando termina y te pones a comentarla, caes en la cuenta de que eres incapaz de encajar la mayoría de las piezas del puzle. Y entonces la vuelves a ver y, a medida que avanza, vas diciendo, ¡claro, era éste el que…! Y lo otro y lo otro y lo otro. Todo comprendido. Pero acaba la película y comienza el debate y todo va sobre ruedas, y disfrutas de la comprensión del todo, pero, ¡ay!, de pronto alguien dice: entonces, aquella pareja de recién casados que la policía fue a ver a un hotel… y no sabes contestar. Una pieza que no sabes encajar. ¡Maldición! ¿Será que soy tonto? No te queda más remedio que volver a ver todo el capítulo si quieres sosegar.  

Hercule Poirot, exaltación de la materia gris. Orden, método, constancia. Yo no distorsiono los hechos para justificar una teoría. ¿N´est-ce pas, Mademoiselle?

Por lo demás, la recreación de los escenarios, años veinte del siglo pasado, es tan minuciosa que te llega a distraer del hilo argumental. La arquitectura y mobiliario de riguroso art decó. Por no hablar de la mansión racionalista en la que se desarrolla casi toda la acción de The murder of Roger Ackroyd. ¡Imprescindible! 

Coda.- Agradecimientos a Nati Cervera por habernos dejado los CDs.    

15 comentarios:

  1. Corrigenda:
    N'est–ce pas?

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  2. Cuando mi adolescencia mis compañeros de instituto (a excepciòn de Nacho, que no me dejará mentir) eran viciosos de Agatha Christie. Yo por un prurito intelectetualoide que entonces ya tenía solamente una vez leí un libro, Los trabajos de Hercules. Muchos años después, ya viviendo por aquí, empecé a ver los capítulos de la serie y me envicié. Por supuesto que son extraordinarios. Dos aciertos estupendos son el haber retrasado veinte años la trama, según creo recordar, de modo que lo que sucede en la primera guerra mundial pasa a la segunda, y asì se pueden aprovechar todos esos preciosos edificios de los treinta de la arquitectura del movimiento moderno de los que Londres y sus alrededores estàn llenos. La otra opciòn que han tomado los guionistas es dar carne a las tramas esquematicas de la autora podando a su vez de personajes algunas de las novelas, con lo que la trama queda màs compacta y seguible.

    Harà unos diez años comprè el tomo de las cincuenta y tantas historias breves que se publicò por entonces, las de Poirot, quiero decir, y me las leì creo que dos veces. Comprendì que precisamente la gracia de estas historias estaba en su esquematismo, en que, por lo contrario a lo que sucede con Sherlock Holmes, no es el mundo del detective, sino la trama detectivesca lo que nos agarra. El resto es sugerencia, y esa sugerencia nos lleva a poner mucho de nuestra parte, nos deja darle vueltas al asunto y llenar en nuestra cabeza el mundo que ella presenta con cuatro pinceladas. Al que se quiera iniciar en su literatura le sugiero que se lea la autobiografìa que escribiò al final de su vida. En ella justifica su opciòn, dice que era cosciente de que no podìa competir con Holmes y que no lo hizo. Ese fue su gran mèrito, me parece a mì. No conozco ninguna versiòn buena para la pantalla del detective de Doyle, sin embargo la versiòn de Poirot que ahora estar por rematar

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  3. Digo que està por rematar David Suchet imagino que serà la definitiva.

    Con respecto a Miss Marple, pues lo mismo. No hace falta repetirse.

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  4. Por cierto, sin que sirva de precedente y yo no he dicho nada: todos o casi todos los capìtulos estàn en el Youtube. Para los perezosos o indigentes no hay necesidad de comprar o tomar prestados los DVD. De nada.

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  5. Gracias, Jacobo, por tus comentarios. Creo que leeré la autobiografía que citas.

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  6. El caso, JP, es que ayer me lo advirtió Pedro Arbea. No es n´est-ce pas, me dijo. Pero yo había visto frases en las el ce desaparecía. No caí en la cuenta de que era porque tenían el sujeto delante: ceci n´est pas. Bueno, no sé, porque esto de la gramática...

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  7. Por mi parte, siempre he atribuido la longevidad de mi señora abuela (q.e.p.d. tras 102 años de vida en envidiable equilibrio físico y mental) a su costumbre de rebajar el vino tinto con agua. ¿Te consta, galeno, que haya estudios al respecto? ¿Y qué nos puedes decir sobre el efecto antioxidante de la misa diaria que también practicó (hasta que su cura se lo prohibió)?

    JP

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  8. Lo del vino con agua suena al Banquete de Platón. Lo de la misa también va, creo, por lo de los ritos paganos. La vuelta a los origenes. Ayer escuchaba a un senador republicano que quiere ser presidente no, como Obama, para reformar America. El lo que quería, como D. Quijote, era restaurar aquella Edad de Oro en la que las palabras tuyo y mío no existían. O algo parecido. Volver a los viejos principios en definitiva. Y, así, todos centenarios y ¡menudo problema!

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  9. Sin ninguna duda fueron los efectos terapéuticos de la misa anterior al Concilio, más en concreto los de la exposición continua y diaria al latín. No veas cómo te pone eso. Pocos clasicistas no cumplen los ochenta.

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  10. A los americanos les flipa la historia de Roma, y es que tienen mucho en común, pero lo que más es esa patraña de que los antiguos eran unos santos, austeros y librs de todo vicio. En ambos casos se trata de una mera fantasía.

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  11. Antes se me olvidó: felicidades por la nueva fuente de letra. Ni idea de cómo se llama, pero más bonita que la anterior...

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  12. Sí, incluso llaman Capitolio Hill a su centro de poder. Pero no creo que lo hagan con ingenuidad. Más bien creo que es la apropiación de un mundo simbólico que deja poco lugar a dudas. Bueno, todos vimos, allí, encaramado, a Marlon Brando pronunciando el elogio a Cesar. Por cierto, a ratos leo trozos de la autobiografía de Jefferson. Cualquier cosa menos ingenuidad.

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  13. No sé, Jacobo, como aparece una letra u otra. Es puramente aleatorio. Pero voy a cuidarlo en adelante. Si te gusta la de hoy, procuraré mantenerla.

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