sábado, 17 de diciembre de 2011

Avidity

Avidity es la palabra que, en opinión de algunos sabios, mejor encarna la crisis que nos señorea. Anoche se lo escuché decir a Hitchens en la entrevista póstuma que están emitiendo a todas las horas este fin de semana por la BBC. Hoy lo leo en un artículo que escribe Rafael Argullol en El País.

Sí, la verdad es que prácticamente todos, desde el más poderoso al más ruin, podríamos decir aquello de: marchemos francamente, y yo el primero, por la senda de la avidez. Haría falta salir a la calle con la lámpara de Diógenes para encontrar un hombre, o mujer, ¡qué caray!, que no esté gravemente afecto de esa pulsión autodestructiva.

Avidez de dinero, de poder, de placer. Cualquier minuto de la vida que no esté proyectado en esa dirección es un minuto perdido. Siempre maquinando la mejor relación precio/calidad o sacrificio/beneficio. No hay alternativa a esa ecuación so pena de pasar por tonto y hundir la autoestima en la miseria.

Y yo el primero, lo digo con sonrojo. Toda la vida corriendo tras quimeras. Como un poseso, ajeno a los estragos colaterales. Yo, yo, yo, como un robot programado. Programado con autojustificaciones de toda laya. Hasta las más vergonzosas. En fin, menos mal que me queda el consuelo de los tontos, porque es que no conozco a quién que no esté en las mismas o parecidas.

Coda.-  Durante toda su vida tuvo Hitchens por divisa aquella originalidad nietzscheana de que "todo lo que no me mata me hace más fuerte". Bien, pues ahora, avistada ya la barca de Caronte, todos sus esfuerzos parecen dirigidos a desmontar la patraña. Si quieren más información al respecto, lean la entrevista que le hacen en el último número de "Vanity fair".

 

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