miércoles, 25 de mayo de 2011

Los chinos.

Ayer vi la entrevista que le hacía Léa Salamé a Nathalie Kosciusko-Morizet. Un duelo de titanes. O titanas si quieren. Y no es que uno sea parecido, ni de lejos, a DSK, pero reconozco que cuando veo a ciertas mujeres me quedo con la boca abierta. Bueno, en realidad siempre tengo la boca abierta por un defecto de nacimiento en las vías respiratorias nasales. En cualquier caso, valga la metáfora.

Trataron todo tipo de temas de actualidad con especial incapié en la reunión internacional de alto nivel que estos días tiene lugar en París. Debaten los capitostes sobre la seguridad en internet. No dejemos, dice Sarkozy, que esta revolución sea utilizada por los que atentan contra nuestra libertad. Y otras cuantas cosas más por el estilo. Y claro, como lo dice el patrón, ahí tienes ya a todos los conspiranoicos levantándose en armas para tomar la Bastilla. Entonces, interviene Nathalie para decir lo que no por obvio deja de convenir recordarlo: internet es una tecnología y, como tal, no tiene condición moral. La tiene el que usa esa tecnología. Los que la usan para bien y los que la usan para mal. Por eso, como todas las demás tecnologías, necesita de alguna regulación para evitar en lo posible sorpresas desagradables.

Ya digo, en lo posible. Porque la realidad es que, no sé qué es más peligroso, si esos malvados inteligentes que se organizan a través de la red para poner bombas en cualquier sitio o esos inocentes blogueros y youtuberos con ansias de notariedad. Yo mismo, no me duelen prendas confesarlo, largo en este blog sin ser muchas veces consciente de lo que escribo. Quizá barbaridades. Y así me entretengo. Incluso me divierto. Por no hablar de afianzamientos narcisistas.

Digo todo esto porque hace días llego a mi correo un mensaje que contenía un vídeo del profesor de la UPM D. Julián Pavón, cuyo título reza así: "Modelo Parasitario Chino de Expansión Económica".  ¡Ahí es nada! Nunca le había costado menos a D. Julián explicar un modelo económico. Los chinos nos parasitan. O sea, que nos chupan la sangre. Malas artes en definitiva. Y se quedan con todo. Y se están haciendo los dueños del mundo. Bueno, si quieren saber más sobre la invasión de los amarillos no les será difícil encontrar ese vídeo en you tube.

¿Entonces, qué hacer? ¿Ir a matar chinos? Como si fuesen los nuevos judíos. No, bromas fuera, hay que andarse con cuidado con lo que se escucha, sobre todo si son mensajes contundentes, sin vuelta de hoja, con ideas que caen por su propio peso... fáciles en definitiva. Porque calan hondo entre las gentes sencillas  que no entienden de las complejidades del mundo. Y claro, todos sabemos las barbaridades que pueden llegar a hacer las gentes sencillas cuando alguien les calienta el coco.

Sí, desde luego que Nathalie tiene razón. Se necesita algún tipo de control  en internet. Pero el verdadero control, a mi juicio, sólo puede venir de la mano de un mayor nivel cultural de los internautas. Así que ya saben: ¡a estudiar!

2 comentarios:

  1. Gracias por hacerme reir. Con este texto sencillo, sincero y espontáneo.

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  2. Gracias, anónimo. Aunque, la verdad, me parece percibir un cierto retintín en sus elogios. Sobre todo por lo de sencillo.

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