sábado, 6 de agosto de 2011

Monopolios estatales


Si fuese de Santander estaría consternado. La institución más representativa de la ciudad, Banco aparte, está en grave peligro de quiebra. Al menos eso es lo que decía ayer un periódico local. Si el Estado no aporta 108 millones de €, pero ya, adiós muy buenas. Una verdadera pena porque es difícil contar la historia contemporánea sin tener en cuenta las aportaciones que hizo Valdecilla a la seguridad, bienestar y prestigio de la comunidad cántabra.

108.000.000 € del ala. En las actuales circunstancias me parece un imposible. No hay más que ver la cara de Zapatero para darse cuenta de cómo pintan los bastos. Al Estado no le queda ni para palillos. Y las otras opciones, que las hay, ni se contemplan por considerarlas de muy mal gusto. Contrarias al mito igualitarista. O sea, que mejor que se hunda el barco que admitir pasajeros de diferente clase.

El caso es que el espíritu de esa institución mientras fue faro y guía de la sanidad nacional sí que admitía pasajeros de diferente clase. Incluso esa era la fórmula que permitía abastecerse. Con el dinero que pagaban los ricos se ayudaba a dar servicio a los pobres. Un sistema injusto, ¡claro, faltaría más!, pero sostenible.

Porque hay está la madre del cordero: la sostenibilidad del sistema. Todavía no hace años sino meses, cuando la crisis era ya lacerante a más no poder, veíamos a políticos, y políticas, de relumbrón inaugurando centros de salud con cara de "pa que veáis lo que os doy". Como si eso se mantuviese de gracia divina. ¡Valientes imbéciles!  Como en los asuntos de cuernos, en esto de la política parece que el último en enterarse es el más interesado.

Y el caso es que, ideologías aparte, si bien se mira, ¿qué son 108 millones de € para una ciudad como Santander? ¿Los pinchos de las casetas de la Semana Grande? ¿Un domingo de playa? ¿Unas cuantas segundas viviendas? No sé, pero me parece absolutamente ridículo exigir al Estado lo que la ciudadanía se podría procurar con un mínimo de renuncia?

En fin, yo, que soy médico por accidente, ya me di cuanta hace mucho que lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. Entonces, para pasar el rato en mi consulta sin enfermos de pulmón y corazón, me dedicaba a escribir sesudos artículos que enviaba a las revistas de la profesión. Tribuna Médica y así. Y algunos me publicaban. Recuerdo uno muy celebrado por mis ociosos compañeros de planta. "Monopolios Estatales" lo titulé. Les extraigo un párrafo que va más a lo personal que a lo general, no por nada sino porque pienso que si el individuo no funciona... adiós socialdemocracia:

"Para empezar diré -remedando a Ortega- que cuando hablo de médicos, hablo de mí mismo, porque es el médico que mejor conozco. Mi principal problema, justo es reconocerlo, es que me gusta ser protagonista de mi propia historia. De tanto leer novelas y ver películas, al final, he caído en la cuenta. Y no creo que haya algo anormal en ello; al fin y al cabo este anhelo está en la esencia de nuestra cultura occidental: es la famosa "trascendencia del ser". Me gustaría ser budista para liberarme de esta ansia, pero he nacido aquí y no puedo hacer nada al respecto. Y el caso es que trabajando para el Monopolio Estatal me es muy difícil conseguir ese objetivo porque todos mis esfuerzos se han perdido siempre en la despersonalizada maraña de responsabilidades. Jefazos, jefes, jefecillos, cuando te llega a ti la hora de la decisión -acto esencial de la autoafirmación humana-, viene ya tan diluida que hagas lo que hagas no es chicha ni limonada. Da igual que estés como que no estés, lo tuyo lo puede hacer cualquiera. Que lo hagas mejor o peor no te reportará ni beneficios ni perjuicios. Del famoso agradecimiento por parte del paciente, ¡ólvidate", será en todo caso para la institución.  Así, sin alimento para la vanidad, con el ego desnutrido, no hay quien se consolide como individuo. Sólo queda pasar de todo, criticar a los jefes y al sistema, y esperar la magra nómina a fin de mes para resarcirse un poco de tanta frustración.

Claro que, como en todo sistema por caníbal que sea, también hay algunas opciones vicarias a cuyo amparo se acogen los más ilusos en su inocente intento de escapar al inevitable desengaño. ..."    

En fin, ustedes dirán. 108 millones. ¿Les parece mucho? Pero hombre de Dios, si sois santanderinos.

11 comentarios:

  1. El toque del artículo, que diría aquél: No sé, pero me parece absolutamente ridículo exigir al Estado lo que la ciudadanía se podría procurar con un mínimo de renuncia. Cuando, más bien tarde que pronto, salí del cascarón me di cuenta de la realidad: la universidad española es, en dotación, material, medios para docentes y discentes, una caca perfecta y rotunda. A pesar de eso alguna vez sale un buen investigador, o un equipo, y hasta estudiantes que brillan. Pero la Complutense y una universidad de verdad del mundo adelante se parecen solo en aquello que sea pura coincidencia.

    Y es que nos pasa como a los currelas de los países comunistas: lo que tenemos es una miseria, pero como es gratis no nos podemos quejar. Por supuesto que el padre medio españolito podría haber pagado el precio real de la enseñanza de sus vástagos si la hipoteca que firmó hace quince años no hubiera ido a la segunda vivienda o al coche de lujo, pero quia, le hubieran llamado tonto. Con eso habríamos conseguido tener unos centros de instrucción del nivel del primer mundo, y no, como digo, las cacas que tenemos.

    Por supuesto que seguramente habremos hecho bien: nos ha costado menos y hemos dado "educación" -aunque sea una educación que sirva para poco- a casi toda la juventud: hay que ver con que gracia se mueven ahora por Sol delante de la policía. En cualquier caso toda la gente -en especial la hispana- lo sabe: a la larga la ignorancia es mucho más barata que el conocimiento...

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  2. Pues el otro día iba María por la calle y oyó que una señora le decía a otra: ese, fíjate, ese es capaz de vender hasta la casa con tal de que la hija vaya a estudiar a donde quiera.

    Hasta la casa, fíjate, hasta la casa, un español. Sin lugar a dudas, por la crisis o lo que sea, las mentalidades están cambiando. Hasta la casa, ya te digo...

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  3. Dile a María que si las vuelve a ver que les pida a las señoras la filiación del fulano. Para, entre otras cosas, hacerle un monumento, digo...

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  4. A mí,Pedro,me pasa lo mismo,es curioso.También de leer tantos libros y de ver tantísimas películas ,me siento protagonista siempre...Imaginoq ue es una necesidad de salir un poco ,o,como decía ese antiguo director de la guardia civil y que está en la cárcel,tirar un poco de la manta.
    o es quizá un egoísmo insano? Bueno,esta apreciación me viene de mi infancia en los Maristas de Salamanca....
    Por cierto,que te pareció la película sueca ..creo que en espanol se llama "Déjala entrar"

    Es la única película de vampiros que he visto en mi vida.A parte ,naturalmente ,de las de Boris Karloff,Bela Lugossi y mi admirado Pausl Naschy

    Un fuerte saludo desde la Raya

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  5. Por cierto, sólo conozco de oídas esa serie de artículos que fue famosa y fatal -en el buen sentido- para tu vida. No estaría mal que los publicaras aquí. Me parece que lo mejor sería, si te decides, hacer uso de la opción "páginas". Le das a "nueva entrada" y allí (en la parte de arriba) a "editar páginas". Lo demás sale por sí solo.

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  6. Procuraremos indagar, querido Jacobo, sobre la identidad del héroe. Si damos con él te lo haremos llegar.

    No creo yo, amigo Ignacio, que sea egoísmo insano. Lo que es insano a más no poder es ese blasonar de humilde tras el que se suelen ocultar los aprendices de vampiro.
    No, no he visto "Dejala entrar", pero te aseguro que la buscaré. Porque de vampiros nunca se sabe lo suficiente como para saber defenderse de ellos. Están por todas las partes y se te acercan con los disfraces más sofisticados. Pero, sobre todo, creo, conviene doctorarse en el tema para no caer uno mismo en el oficio. Es una tendencia innata del ser humano, suministrarse de energía al coste más bajo. Es muy fácil y barato perforar pozos en cuellos ajenos.

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  7. Pues ya veré si me animo, Jacobo, porque es un curre. Son excepcionalmente largos. Pero, bueno, quizá un día de estos me ponga a ello.

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  8. He visto que los americanos han hecho una versión de la película,que en espanol se llama exactamente "Déjame entrar"
    yo no he visto al rivaibal,pero si no la pudieras ver,me refiero a la original,te la mando con gusto por correo,aunque creo que es muy fácil de encontrar.El director se llama Alfredson,si no me equivoco

    un saludo desde la Raya

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  9. La buscaré, Ignacio, aunque cuando vuelva. Si no la encuentro te la pido. Ahora salgo de excursión bicicletera por tierras de Castilla. De todas formas seguiré en contacto con el cibermundo. Gracias por el ofrecimiento.

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  10. No hay de qué.Ya sabes,"Ancha es Castilla" ..O "Todos somos arrieros y en Facebook nos encontraremos..."

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