domingo, 21 de agosto de 2011

Encuentros en la sacristía

Así es como titula el ABC una noticia: "Rajoy y el Papa coinciden en trabajar <<para una sociedad mejor>>"

Bueno, en fin, sólo se me ocurre decir que para este viaje no se necesitan alforjas.

Veamos. Vamos a suponer que no coinciden. Entonces va el Papa y le dice a Rajoy: ni de coña tío, con una sociedad mejor la gente tiene pasta en el bolsillo y ya sabes lo que pasa cuando la gente tiene pasta en el bolsillo, que pierde el miedo y se va por ahí de cachondeo y a mí se me marchita el chiringuito de venta de principios y valores inamovibles.

¡Bah! No te preocupes Rachinguer, le contesta Rajoy. Si dejan de comprar valores y principios inamovibles a los cuatro días están endeudados hasta las cejas, les entra el miedo, y vuelven a tu chiringuito. Tu lo tienes fácil, sólo necesitas sentarte y esperar, que como dijo un paisa tuyo, el sufrimiento del mundo siempre busca el consuelo de las religiones. Lo malo es lo mío que, si la cosa mejora y corre el dinero, la gente va y vota a los socialistas porque saben lo que les gusta repartir, aunque se queden con la mejor parte. Y otros ocho años a verlas venir. Y a ver cómo mantengo yo a mi tropa.

Pues cómo la vas a mantener, Mariano, dice el Rachinguer. Haz la vista gorda como yo, y de vez en cuando le pones la piel de un cordero a un lobo y lo sacrificas en el altar de la ética protestante. Mientras tienes a los periodistas entretenidos con el espectáculo el resto de la tropa puede pillar para ir tirando hasta que lleguen las vacas gordas.

Bueno, un cuarto de hora de conversaciones en la sacristía parece que no pueden dar para mucho, pero, sin embargo, a Rajoy y Rachinguer les dio para "coincidir en muchas cosas".  Hombre, Mariano, en muchas no, tu deber es en todas. 


3 comentarios:

  1. ¿Pero el Papa no sabe gallego que necesita un traductor? ¿Qué Papa es este?

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  2. Pues sí, me temo que vamos a tener otro presidente políglota. Y eso que creo que Mariano tuvo un abuelo inglés, pero ni por esas. Aquí la gente sigue trepando a golpe de lealtad acrítica, como la del perro (por eso supongo que gustan tanto). Lo que vuesa vuecencia guste mandar. Y pise usted donde quiera.

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  3. Sí, por eso lo digo: fíjate que Benedicto sabe: alemán, italiano, francés, inglés y, por supuesto, latín. Felipe por lo menos hablaba con Palme en Francés (había pasado seis meses en Bélgica). Pues Mariano, ni eso...

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