viernes, 30 de diciembre de 2011

Soft knowledge

Estaba ayer escuchando lo que le decía una eminencia a Charlie Rose y, al final, me dije, vaya, que por diagnósticos no quede, se lo voy a contar a mis amigos para que renueven su argumentario.

Sostenía su eminencia que la culpa de todo lo que está pasando, o sea, la crisis, la tiene una cosa llamada soft nowledge. Y el soft nowledge, por si no lo saben, es algo que ha venido de la mano del downsizing y el outsourcing. Las empresas adelgazan y contratan servicios a otras empresas.

Bueno, esto es algo con lo que yo, en principio, estaba muy de acuerdo, porque la multitud de pequeñas tareas auxiliares en las grandes empresas se prestan mucho al mamoneo. Tengo cierta experiencia al respecto y les puedo asegurar que se necesitaba mucha mano izquierda para conseguir que el mecánico del hospital viniese a echar una ojeada a algún aparato que no te iba fino. Y cuando venía, lo hacía dándote la sensación de que, porque eras tú que si no... porque estaba muy ocupado. Luego te enterabas de que con el aparataje y material del hospital se dedicaba a fabricar utensilios de quirófano que vendía por ahí. Bueno, los tiempos han cambiado, pero el espíritu de mamoneo no. Porque no es corrupción en sentido estricto. Es redondeo de las maltrechas economías. Así, al final, el mecánico ganaba más que el médico. Y de ahí gran parte de la desmotivación y el inicio del a ver quien la fa més grossa, que dicen en Cataluña. O sea, a ver quien choricea más.


Así es que parecía muy buena idea deshacerse de todo lo que no fuese el núcleo de la empresa en cuestión y, luego, cuando necesitases algún soporte a tu tarea ibas y lo contratabas en la calle al mejor postor. Todo eran ventajas. Mejor servicio. Menos personal. Menos liberados sindicales. Pero, ¡ay!, no hay bien que por mal no venga. Todo ese contratar al mejor postor exigía una red de conexiones controlada por unos tipos con unas caracteristicas muy especiales: flexibilidad, simpatía, disponibilidad, vista gorda, etc., en resumen lo que se ha dado en denominar soft nowledge. O sea, a triunfar en la vida sin necesidad de matemáticas. Urdangarín, un suponer.

Saber un poco de aquí, un poco de allá, y dominar el arte del enrolle. Rápidamente haces amigos y todo viene por añadidura. Te invitan a una tertulia de Telemadrid a que opines de lo que sea y caen tres mil o cinco mil del ala. Te casas con una princesa y a intermediar. Amiguismo, un buen traje y aires de circunspección. Te comes el mundo.

Total, que poco a poco vamos descubriendo la etiología de la enfermedad. O sea, las causas. Porque nunca es una sola. Suelen ser muchas, como las metástasis, y hasta que no las extirpas todas no consigues reparar el desaguisado.

No sé, pero me va a resultar duro aceptar que tenemos que volver a los liberados sindicales. Tiene que haber otro remedio.

2 comentarios:

  1. Pues no sé, quizá algo haya de eso, pero a mí, que no me da el coco para tanta teoría me gusta pensar que a lo mejor la diferencia entre la crisis que viven unos y otros está en que algunos colleges de Cambridge tienen más promios nóbeles que cualquier país del mundo (a excepción de USA) o que al principio de todo esto el ministro del ramo británico salió diciendo en la BBC que se iba a recortar de cualquier cosa menos de investigación. Ya sabes lo que dijo Mariano por contraste

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  2. No, si en eso que dices no puedo estar más de acuerdo, pero luego están todos esos tiburones que merodean alrededor. No sé que se podría hacer para alejarles de la playa. Bueno, parece ser que con la afición que los chinos tienen por sus aletas están en trance de disminuir.

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