Se veía venir. Y quizá sea ahora cuando empiece a solucionarse el problema. Se pone una valla en medio del corral y tú a tus gallinas y yo a las mías. Porque con dos gallos en el mismo corral aquello es un capharnaüm. O todo manga por hombro, para que mejor se entienda.
El Reino Unido se ha quedado, como quién dice, fuera de la Unión. Pero es que, claro, ¿cómo hubiese podido ser de otra manera? Le estaban pidiendo que pusiese en cuestión su principal fuente de riqueza. La City sigue siendo a día de hoy la principal plaza financiera del mundo mundial y dejar que otros, que por cierto no han demostrado ser muy espabilados, metan la mano allí, sería algo próximo al suicidio. Mejor me voy, han dicho. Y ahora ya sabe cada cual a qué atenerse.
El problema ahora estriba en comprobar si los nuevos corralitos van a dar para satisfacer las necesidades biológicas de sus respectivos gallos. Porque el mundo ya no es lo que era y proliferan los gallos por doquier, ¡y qué gallos! En fin, es evidente que uno no sabe gran cosa de estos asuntos, pero escucha lo que se dice por aquí y por allá, y llega a la conclusión de que Europa tiene poca solución. Y porque existe la bomba atómica que si no no sé la de veces que ya se habría vuelto a las andadas. Porque ni Dios cede un ápice. Prefieren morir antes que perder la vida, como decíamos de niños en nuestros juegos.
Con lo fácil que hubiese sido: Londres, capital financiera; Frankfurt, capital política. Por ejemplo. Una utopía imposible cuando de gallos se trata.
Pues yo sigo con lo mismo; creo que todos estos problemas vienen por la falta de cultura, pero de cultura de verdad, no de leer novelas y esas cosas, sino de saber matemáticas, ciencias y, por supuesto, de escribir como Dios manda. Bueno, no digo todos: Merkel es la única que realmente tiene una cultura entre los muchachos estos, y vive el cielo que se nota. Decía una vez Vargas Llosa creo que era que el mal de Argentina había venido por haberse creído que el mundo irreal de Borges y del sicoanálisis no eran eso, irreales. Me da la impresión de que a los políticos europeos les pasa algo parecido. Todavía no se han enterado de en qué mundo viven.
ResponderEliminarSí, esa es mi idea. La incapacidad para aceptar la realidad. Incapacidad que es mucho mayor en los venidos a menos. Los venidos a menos se agarran al linaje como justificación de todas sus vaguerías y,al final, como el hidalgo de Toledo que comía los mendrugos del lazarillo.
ResponderEliminarEjemplo número uno. No se va ha hacer nada sin una lengua común que permita un movimiento fluido en el territorio de la unión, tanto en un sentido físico como mental. A estas alturas ya en las escuelas de europa la lengua oficial debería ser el inglés (y no te digo en las universidades). No digo que no se estudien las lenguas locales también, pero lo primero es lo primero. Segundo ejemplo,: decía ayer la prensa que España era el país de Europa en el que había más sobrecualificación en los trabajos. Otra fantasía: lo que hay realmente es una falta de coordinación entre títulos y saberes: un licenciado universitario en España ^no tiene el mismo nivel de competencia que uno en Alemania, en el Reino Unido o en Estados Unidos (hablando en términos generales).
ResponderEliminarLa lengua, desde luego, me parece la clave de arco. Importantísimo también me parecen las comunicaciones telefónicas. De Femoselle a Miranda de Douro te cuesta un huevo y la yema del otro hablar medio minuto. Ejemplos de este tipo los debe haber a millones. Y luego esos "être fier de" "to be proud of ". Se le asigna un mérito inusitado a la mera casualidad de haber nacido en un sitio en vez de otro. Paletismo en definitiva. Ves las televisiones nacionales europeas y, salvo esas idas y venidas de políticos, no escuchas una sola alusión a la pertenencia a un ente superior. Nadie parece necesitarlo. No sé, pero creo que cada vez estoy más animado a poner un albergue de peregrinos en el Camino de Santiago. Sería una buena tribuna para hacer patria europea.
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