miércoles, 22 de agosto de 2012

El Gabinete del Dr. Kalimotxo



Se me acercó y me dijo sin que a mí me pareciese que había el menor asomo de ironía en sus palabras: "es una película muy buena, oye, créeme, que yo entiendo mucho de cine". Bueno, al cine sí que debe de ir mucho porque las dos únicas veces que yo he ido en los últimos veinte años me lo he encontrado por allí. O sea, que es posible que entienda, aunque sólo sea por desgaste. Pero, dado su argumentario, uno tiende a creer que sus capacidades analíticas y expresivas son más cortas que las mangas de un chaleco. 

El caso es que así corre la inmensa mayoría del razonamiento que se produce en el mundo: conclusiones extraídas de premisas que se sustentan exclusivamente en la fe. "Oye, créeme, que yo sé mucho de eso". Y huelgan demostraciones. ¿Para qué? Si todo el mundo esta de acuerdo en ello. Si vas mucho al cine, lógicamente, tienes que ser un entendido en la materia. Bueno, mire, perdone, yo ni estoy de acuerdo con eso ni dejo de estarlo, y por tal será que quiera destriparlo para ver que es lo que tiene por dentro. 

En realidad, aquí, lo interesante, y sobre todo bueno, sería que nos mantuviésemos callados hasta saber de qué demonios estamos hablando. De hecho hay personas que tienen ese don y que a lo sumo se manifiestan por medio de un gesto que denota intención interrogativa. Nunca sabremos agradecérselo bastante. Parar la logorrea y poner las neuronas a trabajar, esa es la ardua tarea para la que pocos están capacitados. Yo, desde luego que no, y por eso es, o puede que sea, mi imparable y progresiva propensión al aislamiento como única terapia a mi alcance contra esa vergonzante carencia. De hecho, quizá le pase a todo el mundo cuando va tomando conciencia de sí mismo más por viejo que por diablo. 

Hablar por hablar para ahuyentar las angustias del inmenso vacío que es el silencio cuando estamos reunidos.  Bueno, algunos, que ni logorrear ni aislarse pueden, lo remedian bebiendo Kalimotxo que como todos ustedes saben es la pócima sagrada de las tribus del oeste pirenaico... y luego se van por ahí a kemar kontenedores que es diversión muy bravía y de gran valor añadido. 


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