martes, 11 de enero de 2011

Casa nueva, blog nuevo




De aquí para allá toda la vida, he venido a dar en esta villa suburbial y aeroportuaria. Me gustaría quedarme. Parece haber de todo lo que necesito. Tengo los amigos cerca. No sé qué más podría desear. Quizá paciencia y que el tedio no me soliviante.

En fin, de momento es como el primer día de todas las cosas. Como cuando el aire se serena y viste de luz no usada, que dijo el poeta. Apetece tirarse a la calle y ponerse a descubrir. El viaje en definitiva.

Sí, es mi forma de viajar. Mal comprendida me temo. Sin tomar aviones. Sin saltar sobre océanos y nieves perpetuas. Pero es que, saben, no me gusta ir a sitios de los que me tengo que largar antes de haberlos conocido medianamente a fondo. Prefiero profundizar en lo mezquino a sobrevolar lo extenso. Cada uno tiene sus preferencias. Y sus necesidades. Que a veces no coinciden. Y sobreviene la tragedia.

Por lo demás, en Camargo o en Pekin, seguiré rezando con la guitarra, pensando con los clásicos, pedaleando por los senderos... o sea, el viaje a ninguna parte porque siempre hago lo mismo.

4 comentarios:

  1. Por favor, clikar encima de la foto para que podáis recrear la grandeza de mi nueva patria.

    ResponderEliminar
  2. Sí, amplía la foto y cuéntanos qué ye ese cartelón de "Lee la Biblia", que, después de pecar, contemplas cada mañana, a la izquierda de las vías...

    ResponderEliminar
  3. Hay allí al lado un centro RETO en el que te venden de todo, incluso la salvación de tu alma.

    ResponderEliminar
  4. No se lee bien. No aprecio si dice "5000 años de historia" o "5000 moscas no pueden equivocarse...". Ciertamente, pal caso, ye lo mismo.

    ResponderEliminar