Hace unos días decidí ayudarme a pasar las calurosas horas de la tarde revisitando "Casablanca". No lo lamenté. Y mira que la he visto veces. Veinte, seguro. Acaso cincuenta. Puede que más.
"Rick, tú me desprecias", dice el personaje que encarna Peter Lorre. Y Rick: "si pensase alguna vez en ti, seguramente."
Rick es duro. Rick es sentimental. Positivista y romántico, ingredientes de un cóctel que tiene el éxito asegurado. Positivista para adquirir poder, romántico para dilapidarlo. Respeto por un lado, simpatía por el otro. Y, luego, claro está, lo definitivo es el estilo. Mezcla de alejamiento apolíneo y proximidad dionisiaca según conviene a la circunstancia. Beber o no beber, esa es la cuestión.
Rick es el centro de un mundo que sólo es posible cuando lo racional y lo exótico se dan la mano. Lo racional de occidente con lo exótico de oriente. Eso es Casablanca, el lugar donde sólo se mata cuando la intriga no funciona. Un oasis de civilización en medio de un mundo caótico.
As time goes by, ya nada es lo que era. En Casablanca, y en Trípoli, y en Damasco, todo es ahora uniforme y por eso supongo es que ya no se intriga. Se mata y punto. Y al gracioso, se le parten las manos. ¡Leches con la primavera árabe!
Hace un tiempo escuché en "Documentos RNE" un programa sobre Tánger en el que convincentemente se argumentaba que la ciudad de esa película no era Casablanca sino aquélla. Quienes hablaban de esa metrópolis mediterránea recordaban lo maravilloso que era vivir allí hasta el día de la independencia de Marruecos, porque en ella no mandaba nadie y los bancos tenían sus depósitos llenos de lingotes de oro, entre otros, de una cuenta especial de la Ciudad del Vaticano. Lo que más me impresionó fue una frase del cronista de la ciudad: "Los privilegios tarde o temprano siempre acaban desapareciendo". No sé por qué estos días me acuerdo mucho de esa frase.
ResponderEliminarmi padre ,militar ,estuvo 3 anos en el Aiún y 2 en Fernando Po.A parte de alguna frase como "el mejor moro ahorcao",típica de los militares de la postgerra,se le humedecían los ojos cuando recordaba las puestas de sol en el Sáhara,sus batidas de caza con los colegas,metralleta"Stein " en mano,aunque creo que se refería a la Browning 1919 ,para "dar mejor a las gacelas" y las visitas a los campamentos tuaregs,donde fumaban grifa hasta caerse muertos mientras las moras gordas bailaban en la jaima..Sí,eso ya no es lo que era...
ResponderEliminarAquellossíqueerantiempos. Mi hermana, esposa de marino, salió de Villa Cisneros, creo, a uña de aeroplano, cuando la Marcha Verde estaba a punto de llegar al enclave. Aquello de la Marcha Verde tuvo sus secuelas. En Santander le pusieron ese nombre a un club de carretera. Nos hacía mucha gracia y, una vez que pasábamos por allí decidimos entrar a ver. Y se acabó la gracia, porque era deprimente. Incluso, todavía olía a lo que había sido antaño, cuadra de ganado.
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