martes, 15 de mayo de 2012

El sufrimiento






























Apenas un año transcurrido entre la primera foto y la segunda. Aunque fueran dos. Estos son los hechos. ¿Qué más hace falta?


La estructura de la tragedia, dice Aristóteles, es compleja. Necesita representar hechos que inspiren a la vez compasión y miedo. La inmerecida caída vertiginosa desde la prosperidad a la miseria. Porque no fue por depravación sino por error. 


Un tipo como tú o como yo ascendiendo por la escala social por lo que parecen méritos propios. Todo el mundo a su alrededor le alaba, le adula. Se lo cree y coge carrerilla. De pronto se ve tan alto que siente vértigo y cae en el vacío. No estaba preparado para tanto. 


Mucho se ha recorrido desde Aristóteles hasta nuestros días. Porque, ahora, ni compasión ni miedo sino todo lo contrario: regodeo por la desgracia del poderoso y seguridad por la propia mediocridad. Ya no temblamos con la tragedia. Ahora reímos con la comedia en la que lo hemos convertido todo. Por lo menos hasta que nos toca en carne propia. Puede que sea porque somos demasiados que, ya saben, la cantidad envilece.

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