miércoles, 4 de julio de 2012

El bosón de Higgs



Albaricoque relleno de merengue de grosellas y menta

En cierta medida es bastante descorazonador porque nos pone ante el espejo de nuestra propia ignorancia. "Es un resultado preliminar pero muy contundente y sólido", dicen los entendidos y a mí no me queda más remedio que creerles porque, lo que es entender de qué va la cosa, ni por asomo. 


En ese laboratorio de las "partículas elementales" que hay cerca de Ginebra y que yo contribuyo a mantener con mis impuestos hay unos señores que se dedican a intentar desvelar los misterios del universo. Bueno, ahora dicen que han dado con algo que nos acerca a la comprensión del origen de la materia. El origen de la materia, ¡huuuuuuum!, ¿será eso algo así como la existencia de Dios? Porque, digo yo, si se descubre de donde viene todo lo que existe, entonces, muerto el misterio se acabó el chollo.


El chollo, claro está, de los que viven de explicar a Dios. Corrido el velo ya no hay nada que explicar ni, a lo mejor, motivos para seguir viviendo. 


No sé, pero para mí que exageran. Cuatro tipos que saben de esas cosas y que se quieren dar importancia. Bueno, no está mal que de vez en cuando le quiten protagonismo a los futbolistas unos tipos con estudios, pero... puestos a creer, mejor en aquello que dijo una vez Savater, que sobre el origen del universo, o de la materia, sabe lo mismo el Sr. Higgs que el pastor más ignorante de la Siberia Extremeña. O el repostero más postinero de la calle de Alcalá, añado yo.  


  

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