Ayer pasé por Alar y eché una parrafadita con "los Proscritos". Están en forma los tíos. Se nota que la Intereconomía en vena es mucho más efectiva que aquellas famosas cápsulas de la Dra. Asland. Y no es sólo que los Proscritos rebosen energía, lo sorprendente es que es una energía alegre. La alegría de quien conoce la verdad, tiene identificado al mal y su causante inmediato y, por si esto fuera poca cosa, saborea ya de antemano el desagravio que les supondrá la inminente hecatombe generalizada.
Son, supongo, los sabios designios de Dios. Todo lo proyecta para que sea de la mejor forma posible. Y qué mejor para un viejo que predisponerle a pensar que se va a largar a tiempo, antes de que empiece a faltar hasta el aire. Lo mismo que le predispone a recordar lo bien que lo hizo todo, incluida la educación de sus hijos. Lo de los nietos ya es diferente. Forman parte de esa juventud consentida que empuja al mundo hacia el abismo. Y no hay quién lo pare ni falta que hace. A Sodoma y Gomorra lo mejor es que se las lleve el diablo. Así nos igualamos todos, viejos y jóvenes, aunque sea en la desgracia. Pero hay algo a mi favor, yo viví mi epopeya y, además, soy inocente.
Bueno, uno escucha y sigue la corriente. Y como gusta de hacer caridades, echa un poco más de leña al fuego. Les digo que me dan por la casa justo la mitad de lo que me costó. ¿Cómo? No puede ser. Están locos. Por ahí no pasan, ver disminuir así, sin comerlo ni beberlo, su patrimonio. Tú no la vendas que ya verás como suben, me dicen. Entonces, vosotros pensáis que las cosas van a mejorar, les pregunto. Claro, como no, en cuanto lleguen los populares con la motosierra... y salen a relucir, por ser los que están más a mano, todos esos vecinos que viven a costa de la osa que merodea por la Montaña Palentina. Sí, menudo montaje. Qué sería si en vez de una fuesen cien. La verdad es que no falta imaginación en este país. La osa promueve la construción de centros de interpretación, de 4x4para los forestales. Los forestales mantienen la hostelería... la cadena perfecta. En fin, nos reímos y me despido hasta la próxima. Rafa se va en su ferrari a que le sellen la primitiva y Mariano en su bicicleta a que le suban los dobladillos de dos pantalones. La vida, mal que bien, sigue.
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