Bueno, me he dicho, no hay mal, etc... porque, así como sólo puede despertar el que vive dormido, solo puede sanar el que está enfermo. Y, díganme, ¿hay en la vida algo que produzca más satisfacción que el hecho de recuperarse de un mal? Evidentemente, no. Es más, si mi apuran, les diría que, por mucho que tratemos de ocultarlo tras bellas palabras, todo lo que hacemos no tiene otra finalidad, mejor o peor cumplida, que la de aliviarnos de un mal. De un dolor. El del tedio. El del deseo insatisfecho. La ansiedad. La angustia. La soledad no deseada. La simple conciencia de que todas las horas hieren y la última mata.
El tiempo hace su trabajo y pone las cosas en su sitio. Y da su verdadera dimensión a los proyectos. No sé, pero quizá ha sido por tal de hacerme reflexionar que la biología ha fallado. Veremos, porque esto no va de horas. Será, en el mejor de los casos, cosa de días. Las manos a la obra tendrán que esperar. Y entonces, cuando sea tiempo de cosecha, dios dirá.
De momento, dejar que Quirón siga educando a Aquiles el de los pies ligeros y los bucles dorados. Y, entre tanto, que no venga Agamenón a quitarle a Briseida ni Hector a matarle a Patroclo. ¡Jo! Me pregunto porque no le sumergieron del todo en la sangre del dragón. Lo que yo, y el Rey, nos hubiesemos evitado.
Tenía yo un conocido que siempre decía:"a nuestras edades,el día que te despiertes sín que te duela nada,es que estás muerto"
ResponderEliminarMehórate ,querido Pedro
Eso, que te mejores y que aproveches para seguir escribiéndonos. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Ignacio, gracias Santi.
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