martes, 9 de octubre de 2012

Soy de Aragón



A mí lo de patrias ya saben que ni fu ni fa. Algo puramente accidental que con la ayuda de Dios, y sobre todo de la tecnología, espero que muy pronto se haya diluido tanto en el totum revolutum que sólo sea un concepto empleado por los estudiosos de la Historia. Sin embargo no dejo de reconocer que en ocasiones se dan lugares en los que confluyen una serie de nacimientos que si no conmocionar al mundo si tienen la virtualidad de aportar grandes conocimientos al común de los mortales. Es el caso, por ejemplo, de esa parte de Aragón que está pegada a la columna vertebral de España, es decir, a la cordillera Ibérica. 

Gracián, de Belmonte de Calatayud, el más internacional de los pensadores en lengua española, o Goya, de Fuendetodos, que lo mismo en la pintura, o Molinos, de Muniesa, en el misticismo, en fin, el mismo Pueyo, de la parte de Hijar, que... 

Pero es a un personaje curioso, de la parte de Teruel, al que quiero traerles a colación. Se trata de Manuel Pizarro, el que se hiciera famoso por haber conseguido con sus malabarismos de gestión empresarial que las acciones de Endesa doblaran, o casi, su valor de la noche a la mañana como quien dice. Fue tanta su repercusión que se llegó a hablar de él como próximo ministro de economía e, incluso, llego a participar en un debate cara a cara con el ministrable del partido opositor el Sr. Solbes. Ni que decir tiene que de aquel debate salió escaldado y no por nada sino porque cometió el garrafal error de creer que al pueblo llano le gusta que le adelanten la verdad. Todo lo que dijo en el debate se cumplió después, cuando ya habían quedado atrás las elecciones que habían entronizado los embustes del Sr. Solbes.  

Bien el otro día caí por casualidad sobre una entrevista que le estaban haciendo al Sr. Pizarro. Opinaba sobre lo suyo que es la banca. Sobre las causas de la crisis bancaria arguentaba, más o menos, lo que el político gallego recientemente defenestrado, que para el poder y el público en general las leyes, como las mujeres, están para ser violadas. Los políticos por los réditos electorales que  les proporciona, el público en general porque gusta de los triunfos mezquinos que le proporciona la transgresión. En fin, lo que sea, que hay lo que hay y huelgan teorías. Las leyes no se hacen cumplir y pasa lo que pasa y luego, para tapar el desaguisado, se va y se promulgan otras nuevas. Y vuelta a empezar mientras el tinglado se desmorona. 

Pero lo que quiero resaltar aquí, por curiosa, es la opinión del Sr. Pizarro sobre lo que pasa en Cataluña. Mire usted, dijo, cuando el competidor está distraído lo mejor es estar callado para que no despierte a la realidad. Desde que empezó todo este disparate, Aragón, concretamente la zona de Fraga, no da a basto para suministrar suelo industrial. No por nada sino porque el dinero es lo más timorato que hay en el mundo y no quiere correr riesgos innecesarios. Cualquiera que sepa lo que cuesta ganarlo tiene claro eso. 

En fin, que viendo el Madrid, o el Burgos, o el Zaragoza de hoy día, uno se pregunta si todo eso de los nacionalismos periféricos no será más que una estratagema del poder central para derivar las inversiones hacia las partes de la Peninsula otrora menos favorecidas. Podría ser si nos atenemos a los hechos constatables. 

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