viernes, 19 de octubre de 2012

Pobres curas



Un modisto francés de esos que no paran de chupar primeras páginas de todos los medios del mundo mundial ha dicho que el Sr. Hollande es un perfecto imbécil que va a causar tantos estragos en Francia como Zapatero los causó en España. 

Se trata de Karl Lagerfeld, diseñador y director creativo de la firma Chanel. O sea, un pájaro de cuenta en lo que a creación de riqueza se refiere. Porque las cosas son como son y lo único que al parecer va quedando en Francia realmente rentable es lo que se conoce como la industria del lujo: Chanel, Cartier, Vuitton... y así. Cosas de la famosa crisis que se lleva por delante a los pequeño burgueses que compraban citróenes y peugeots y encumbra aun más a los que ya lo estaban, o sea, esa gente cuyas esposas y amantes no paran de comprar vestidos y bolsos cuanto más caros mejor. Sí, la empresa que fabrica esos míticos coches parece que está en quiebra y el dueño de Vuitton ha decidido deshacerse de su filial FNAC, ya saben, libros y tal, cosas para pringaos.

Duele tener que dar la razón a un costurero, un tipo que apostaría lo que fuese a que ni siquiera sabe quien fue Euler, pero, ya digo, las cosas son como son y este señor de tanto estar todo el día entre millonarios seguro que ha acabado por enterarse de qué va la cosa. De que no se puede sacar a un país adelante poniendo barandillas por todas las partes como intentó en su día Zapatero. Y, ahora, Hollande quiere hacer más o menos lo mismo, o sea, pedir dinero a los bancos para poner, si no barandillas, que en Francia ya no caben más, cualquier otra tontería que tenga a la gente una temporada haciendo que hace sin hacer nada de sustancia que es lo que lo que la "gente de izquierdas" llama reactivar la economía.  

Con lo fácil que es entender la mecánica de todo esto. Fabricar cosas y que alguien te las compre. Lo demás, poner barandillas y todo eso, son mandangas cuyo resultado a la vista está. Toda esa pobre gente que sale indignada a las calles porque no comprende cómo puede ser que con todas las barandillas que se han puesto ahora haya que hacer recortes en sanidad y educación. ¡Pues que financien más barandillas gritan! Sí, pero dónde las ponemos si ya no hay ni por donde caerse ni nada que separar. 

Vender lo que fabricas y si sólo compran los ricos pues sólo fabricas para ricos. Sí, pero eso... No hay peros que valgan, queridos manifestantes. Lo siento, los citróenes y los libros no se pueden comer. Pues entonces, gritan las vanguardias, que nos digan dónde están los curas que los vamos a quemar. 
  

  

1 comentario:

  1. Unas pocas conclusiones:
    Estar entre millonarios te hace capaz de interpretar el presente y de ver soluciones de futuro.
    Fabricar cosas que no sirven para nada pero que alguien las compre mejora la vida de la ciudadanía.
    Los curas están en el punto de mira de los sindicatos.
    Conocer a Euler te hace culto.
    Es fácil entender la mecánica de la economía del planeta.
    Señor, usted debería haber publicado este artículo hace mucho, tanta gente y tan sesuda pensando en como salir de la crisis y usted teniendo la clave en el bolsillo sin sacarla a la luz, la historia no se lo va a perdonar.

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