lunes, 19 de marzo de 2012

Drink Me

Hoy le toca al padre. Hace un mes a los enamorados. Luego será la madre y a continuación "la mujé", que con el sexo débil hemos topado. El día de esto, el día de lo otro, el día de lo de más allá y ¿cómo no? el día de la "paz" que, por supuesto, queremos sea infinita.


El caso es que los niños llevan una semana en el colegio sin pensar en otra cosa que fabricar una tarjeta en la que dejar constancia de lo mucho que quieren a su papá. "Te advierto profe que ya sólo queda una semana", dice una niña estresada por la proximidad de la efemérides. Y entonces la profe, piense como piense, sabe que no le quedará más remedio que pasar por el aro. Y busca la manera de hacer algo que pueda ser de algún provecho. Felicitar con un sistema solar por ejemplo. Y luego la leyenda de individual elección. "Te quiero mucho, papá". Hasta el chino de la clase tiene su corazoncito y larga su slogan: "Con esto te demuestro todo lo que te quiero". Y otra semana al coleto. 


La verdad, todo este tinglado me parece de lo más obsoleto. ¿Por qué no hacer como en aquel pasaje de  Alice en Wonderland y celebramos los "no días"? Así dedicaríamos 364 días a machacar al padre y uno a pasar de él. Y 364 a la guerra que es lo bueno y uno a aburrirnos con la paz. Y 364 a la "muñeca" y uno a la "mujé". 


No sé, en fin, pero creo que ya somos un poco demasiado mayores para que nos estén diciendo a todas las horas como tenemos que pensar, lo que tenemos que hacer, a quién tenemos que querer...  

No hay comentarios:

Publicar un comentario