viernes, 22 de junio de 2012

Donde no hay conocimiento




Lo mío con respecto a los medios de comunicación españoles es como si, largo ha, hubiese hecho un voto de castidad que no me permite tocarles ni un pelo. Y no precisamente, como en el chiste, por tener buena puntería. No, no les sigo porque pongo todos los medios a mi alcance para no caer en la tentación. Y es que, lo confieso, la pornografía no me gusta camuflada. Me gusta tal cual, como Dios la trajo al mundo. 


Y así es que por tales manías mías a veces se me pasan sucedidos de una grave trascendencia, como es el caso que les vengo a comentar: el de un juez que ha sido botado de su alta dignidad. Me lo comentó María, que nunca suele interesarse por la rex pública y, luego, mi madre, que tampoco. Así que, falto de mejor ocupación, me puse a indagar.


Todo parece indicar, según sentencias en firme, que el juez en cuestión no ha hecho cosa punible, pero, ¡ay!, es maricón y católico practicante por demás, cosas que si ya de por sí son pestilentillas por separado, no te digo ya en comandita. Un kamikaze el tal juez, cuarta autoridad del Estado que, además, se ha gastado en dietas unos 20000 € en cinco años y por ahí te hemos pillado. 


Pero ha habido una cosa en todo esto que no por ser moneda corriente deja de ser espeluznante. Una tipa, que no señora, que fue ministra de justicia, ha afirmado que el juez tiene que dimitir porque en su caso las apariencias son más importantes que el fondo de la cuestión. Parece increíble, pero eso es exactamente lo que ha dicho la señora. Yo no me lo podía creer y entonces he indagado y sí, lo ha dicho en una entrevista publicada en un diario de tirada nacional.  


En fin, qué quieren que les diga. Leyendo a Pla voy y encuentro la siguiente descripción de un personaje cualquiera de la vida pública en tiempos de la república: domina todos los tópicos de la pornografía humanitaria y los trémolos más primarios del sentimentalismo. 


Bueno, Pla se refería a un cateto de izquierdas, pero podría haberlo dicho de uno de derechas porque la tecla de la sentimentalidad la tocan todos con la misma despreocupada obscenidad. Como son chusma saben cual es la marcha que mejor le va a la chusma. Eso es todo: las apariencias.  


Ya lo dijo el clásico: donde no hay conocimiento el hábito califica olvidando que debajo de mala capa suele haber buen vividor. 

3 comentarios:

  1. Lo del juez, sin estar muy enterado, me da que ha sido una respuesta a lo de Garzón, o sea, una bobada más.

    Por cierto, lo de los pueblos que comienzan en "ru" creo que son topónimos cuyo primer elemento es "ruga" en latín, o sea, "rua" en romance: calle, camino y tal.

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  2. Pues sí, Jacobo, una bobada más, y ahora lamento haberme metido en ese jardín.

    Yo había pensado que lo de "ru" sería algo de eso que dices. Peublos del camino, alargados y estrechos. He visto unos cuantos de esos. Sin embargo, Rucandio, esta en mitad del monte y por allí no se va a ningún lado ni creo que nunca se fuese.

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  3. Bueno, lo de la topografía a veces es muy traidor. En algunos casos lo que pasa es que la topografía no se corresponde con la realidad por muchas cosas: unas veces porque ha habido movimiento de la población, y se le pone el nombre a un lugar nuevo de uno antiguo. En otros casos la confusión puede ser buscada, como el nombre de Groenlandia, por ejemplo. Otras veces (puede ser en este caso) la etimología propuesta sea desconocida y la que nosotros proponemos no sea la correcta. Esto pasa mucho con los nombres pre-romanos, para los que se proponen tantos estratos que uno se pierde, sobre todo en el caso de los ríos: indo-europeos, pre-indoeuropeos, proto-indoeuropeos... Un jardín como otro cualquiera...

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