viernes, 17 de junio de 2011

00037, nuestro hombre en Patrás

Sostiene 00037, nuestro hombre en Patrás, que los indignados griegos de la plaza de Patrás, después de ingerir su retzina con la consabida ensalada regional, parecen tan poco indignados como sus colegas españoles después de ingerir, o inhalar, sabe Dios qué. 

Me ha recordado mucho a lo que me pasó a mí y a tantos mindundis como yo, durante aquellos tiempos turbulentos que se conocen como los “años de la transición”.  Nos pasábamos el día intrigando y debatiendo sobre lo humano y lo divino sin tener la menor idea de nada. Nos sentíamos protagonistas porque alborotábamos el cotarro. Y luego, ya, por noche, en El Pesquero, los bocartes con ensalada, bien regados, por supuesto, y aquello era la gloria.  

La verdad, sin embargo, era bien distinta. En un sistema político completamente agotado, los auténticos detentadores del poder, los fácticos que se dice, disputaban entre ellos sobre la mejor salida del atolladero. Y, mientras llegaban a un acuerdo, nos dejaban incordiar un poco para, así, tener entretenido e ir acostumbrando al personal. 

Ahora, creo, pasa lo mismo. Los indignados, para entretener. Y mientras tanto, los de la pasta, andan en escaramuzas entre ellos. Que los de los bancos  y fondos de inversión retrasen el cobro de la deuda a los griegos, sugiere el ministro alemán de finanzas. Y de paso le ponen un pleito a Botin por evasión de impuestos, supongo que para ablandarles la voluntad a los banqueros. Bueno, no quiero atormentarles con suposiciones de lo que en realidad se está cociendo. Pero que la cosa está cambiando, eso que nadie lo dude. De ésta, me temo, las barbacoas que instalaron en sus chiringuitos campestres los españolitos y demás sureños, van a echar muy poco humo en lo sucesivo.

En adelante, como los chinos. Si ellos pueden, los europeos del sur, también deberán poder. A la fuerza ahorcan. Ni fines de semana con chuletas a la brasa, ni atardeceres de cañas en la terraza del bar. A mirar por su negocio sin pensar en el convenio. Y los jubiletas, que se olviden de Benidorm y demás prebendas por mor de su voto en las próximas elecciones. Se tendrán que conformar con el tai-chi mañanero en la plazoleta del barrio. 

Ya lo dice Beigbeder, estamos en los comienzos de una gran intoxicación colectiva.  
  

2 comentarios:

  1. Del mismo modo que los que no salían entonces en los periódicos eran los que de verdad hicieron la Transición quiero pensar que el futuro esté en los chavales que andan de Erasmus por Alemania o Suecia o en su casa preparando los exámenes de junio. A ver si es verdad.

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  2. Ojalá aciertes. Aunque no sé de que modo vasmos a llegar a ese futuro. Ayer lei un titular de prensa que decia: 1,27 trabajadores por cada parado y jubilado. Se refería a Cantabria. No sé si cuando de soltera se llamaba Santander exhibía unas cifras tan esperanzadoras. Para que alguien vaya y ponga después en duda el fulgurante éxito de la España de las Atonomías. Y es que vas por la calle y todo parece como si ese 1,27 de trabajadores tuviesen todos sueldos por lo menos de chairman de ING.

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