El caso es que Rafael Barrett, mira tú por donde, también es cántabro aunque nadie en Cantabria parezca haberse enterado. Y no sólo es cántabro, también es un gran pensador. Seguramente el más grande pensador nacido en Cantabria desde la Restauración para acá. ¿Y saben por qué nadie quiere ni oír hablar de Barrett? Pues me temo que porque Barrett no era un tipo sencillo. Había tenido la osadía de leer a los grandes de su época. Y aún peor: se había permitido reflexionar sobre ellos. ¡Insoportable para la provincia!
No hace muchos años publicaron en España un libro suyo: "A partir de ahora el combate será libre". Verdaderamente sorprendente para un español de su época. Feud, Wittgenstein, Kraus, estaba más que al corriente de lo que se cocía en el mundo y quería participar en el festín. Lo malo es que se lo llevó la tuberculosis cuando todavía era muy joven. Como a tantos otros.
Pero no se preocupen, "la provincia" está segura. Revilluca, un tipo sencillo, declaraba el otro día en una entrevista que tiene en su mesita de noche las obras completas de Manuel Llano, que, por si no lo saben, es un escritor cántabro que escribe de forma sencilla para las gentes sencillas sobre las sencillas costumbres de las sencillas gentes de Cantabria.
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