lunes, 28 de marzo de 2011

Trajín

El caso es que no hay forma de parar. Ayer estuve en Laredo. Mañana parto para Madrid una hora antes de que sea la del alba. El jueves estaré de vuelta. Y ya estoy convocado para el domingo por la asociación excursionista de la escuela de idiomas. ¡Leches! ¿Cómo habré venido a dar en este trajín? Con lo que a mí me tira el sedentarismo.

Levantarme cuando me despierto. Desayunar. Acaso manosear un poco la guitarra. Escuchar, después, como si fuese la misa, al Professor David Gerison disertando sobre las, perdón, Improper Integrals o cosa por el estilo. Contestar algún mensaje. Escribir en este blog. Leer a Perec. Recibir o hacer una llamada para un paseo en bicicleta. En fin, cosas así, o sea, puro huevoneo del que te lleva por la vida sin que la vida te pese sino todo lo contrario.

 Bien, ya sé que me dirán que eso que yo llamo trajín no es más que un suave ajetreo adaptado a las capacidades de un anciano terminal. Que está llamando ya a las puertas del Hades, por decirlo al modo de la Jonia. Pues sí, tienen razón, a D. G. no es ese mi caso, pero pensar en el trajinar me machaca. Me saca de mis casillas. Aunque luego, una vez puesto en marcha, reconozco que suelo disfrutar de lo lindo, que absorbo energía, que limpio obsesiones, aprendo sobre la vida y, en fin, en cierto modo me renuevo. Y avanzo. Y todo eso está muy bien, sí, pero...

Los perinquinosos peros de los que hablaba Critilo. Pero que no distraiga de lo que de verdad importa. O sea, avanzar con menos daño que escarmiento.

4 comentarios:

  1. Me halaga mucho la vanidad ver en la foto el libro que tienes ahí al alcance de tu mano derecha, exactamente debajo del mando a distancia de la tele...

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  2. Sí, Jacobo, aunque resulte cursi decirlo, ese libro es un verdadero bálsamo para el espíritu. Es otra de las muchas que te debo.

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  3. Lectura simultánea de siete libros: no está mal para un jubiletas. ¿De qué libro habláis tú y el samurai, que no caigo?
    Lo del mando a distancia: ya sabes por el médico de Liérganes con el que departías en Salamanca que no es nada recomendable y está acabando con la salud de las clases pasivas: a la basura con él.

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  4. Hola JP. El libro es "El libro de la almohada" de Sei Shonagon. Hay una versión en español debida a Borges. La he mirado, pero nada, o poco, que ver con la versión inglesa. La original la dejamos para el samurai.

    Por favor no te metas con el cetro de mando que ya no tiene uno los huesos para levantarse cada vez que uno quiere cambiar de canal. De todas formas lo uso poco. Mayormente veo películas que me dejan en la videoteca local.

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