Desde que tenemos memoria escrita, unos 2500 años o así, la tensión narrativa ha estado siempre sustentada en la disputa entre dos formas de concebir el poder: la espartana y la ateniense. Aristocrática o democrática.
Recuerdo un artículo en el que Umbral consiguió agradarme porque me confirmó en lo que yo venía pensando hacía ya tiempo: que el enfrentamiento entre la URSS y los EEUU era la versión actualizada del que habían tenido Esparta y Atenas.
Pienso en estas cosas porque recientemente he visto dos películas que me lo han recordado. Una, "Lo que el viento se llevó" y la otra, "Guerra y Paz". Bien, pues he creído entender que en las dos se narra una versión adaptada a su época del conflicto del que les hablo. Y aún les diría más, creo que en las dos la simpatía se decanta hacia el lado espartano.
-Esparta, una minoría aristocrática que se reparte el poder y la hacienda y, por ende, toma en sus manos la defensa de la patria. El resto, los ilotas, sin más derechos que los que se derivan de permanecer fiel a su amo.
-Atenas, exclusión hecha de los esclavos, todos son iguales ante la ley y, también, todos están obligados a tomar las armas cuando la patria está en peligro.
-"Lo que el viento se llevó", el sur latifundista y esclavista es Esparta y el norte industrial e igualitario es Atenas.
-"Guerra y Paz", la Rusia feudal y adormecida es Esparta, la Francia de los derechos humanos es Atenas.
En las Guerras del Peloponeso ganó Esparta. En la Guerra de Secesión le toco el turno a Atenas. En
las napoleónicas el modelo no se puede generalizar, pero en el lo que hace a la campaña rusa quedó claro el triunfo de Esparta.
Y la URSS, ¿qué era sino Esparta? La "vanguardia del proletariado" haciendo de señoritos y el proletariado de ilotas.Y perdió frente a la Atenas americana.
Pero, ¿y las simpatías?, ¿de qué lado se decantan? Platón, por su parte, dejó claras sus preferencias: su "República" es Esparta. Margaret Mitchell -Gone with the wind-, lo mismo. Tolstoi -Guerra y Paz-, más matizado si quieren, pero lo mismo. Y la progresía universal, ni que decir tiene que exactamente igual. En definitiva, que lo que de verdad nos mola a poco que bajemos la guardia es el viejo orden: unos pocos que tienen y mandan, por un lado, y otros muchos que no tienen y obedecen por el otro.
Bueno, me viene a la memoria aquella película de Fernando Fernán-Gómez en la que se sostiene la tesis de que se vive mucho mejor como esclavo de una familia burguesa que como jefe de un departamento universitario. Para pensar.
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