"Las tiendas de esta zona tradicional de la ciudad ponen en marcha la segunda edición de esta iniciativa singular y única en España", dice un rotativo local. "La música vuelve a los balcones del Casco Viejo para animar el comercio", en eso consiste la iniciativa singular y única en España. Casco Viejo, ¡hummm!
Bueno, habrá que ver que piensan los chinos de todo esto. Alomejó, incluso, copian la idea.
Personalmente hay pocas cosas que me desagraden más que la música impuesta. Miguel Espinosa decía que la música ambiental era cosa de la fea burguesía. Yo voy más allá y digo que es droga para la repugnante chusma. En ocasiones, no lo olviden, conviene ser extremista. Porque imagínense viviendo en ese Casco Viejo y cagándose mil veces al día en esa iniciativa única y singular. En fin, pelillos a la mar.
Ayer, como me suele pasar cada cierto tiempo, me entraron ganas de releer Robinson Crusoe. No es que sea el libro que
me llevaría a una isla desierta, valga la redundancia, ni ese, ni ninguno, pero está entre mis preferidos desde que le eché la vista encima por los años de la adolescencia temprana. Bien, Robinsón se mete en berenjenales terribles por no seguir los sabios y vehementes consejos de su padre, pero se las apaña para salir de ellos por sus propios medios y, por añadidura, siempre enriquecido.
Sí, esos consejos de padre que si los sigues estás irremediablemente abocado a las típicas iniciativas únicas y singulares de la pequeña provincia. Porque los padres, salvo honorabilísimas excepciones, lo único que persiguen con sus consejos es que sus hijos no se metan en líos que les puedan salpicar a ellos con el consiguiente riesgo para sus ahorros. Por decirlo al modo erasmista, nada más insensato que las continuas sensateces de los padres.
A life of ease and pleasure, eso es lo que quieren los padres de la pequeña provincia para sus hijos. The middle state, or what might be called the upper station of low life, por decirlo con una precisión escalofriante del tipo de aquella inscripción que dicen los mentirosos que hay a las puertas del infierno: ¡Ay de los que entréis aquí, perded toda esperanza!
Sí, convénzanse, los Cascos Viejos, las continuas sensateces de los padres, la pequeña provincia con su life of ease and pleasure, es la mierda a paladas que está en el origen de esta decadencia espiritual que el vulgo llama crisis económica.
Sí, cualquiera con un cierto sentido común comprende que lo mejor que pudo hacer en su adolescencia fue no hacer caso de lo que querían sus padres para él. Conozco algún caso en que las buenas intenciones paternas hasta le llegaron a costar la vida al interesado. Qué listo Robinson.
ResponderEliminarPor cierto, muy buena también la grabación de Librivox. El tío que lo lee parece sacado de la isla desierta http://librivox.org/robinson-crusoe-by-daniel-defoe/
Las buenas intenciones paternas son las que han empedrado el infierno. Puta pequeña burguesía.
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