Parece ser que en Francia lo que mola es construir las casas a base de madera. Es lo más sostenible, pregona un anuncio institucional. Y la verdad es que sí, que hay madera por todas partes para parar un tren. El caso es que aunque sólo conozco America por las fotos, me parece que las nuevas urbanizaciones francesas se parecen mucho a las que hay por San Francisco y así. Casitas pequeñas y muy monas en las que nada malo puede suceder.
Por ejemplo esta, un restaurante au bord de la mer.
O esta otra, con pequeños negocios en los bajos
O esta pequeña vivienda o lo que sea.
Un aspecto muy acogedor, en definitiva. Sin más tránsito motorizado que el imprescindible y mucha bicicleta.
Y luego ese aire decadente que le dan los pier que se adentran en el mar.
Y, eso sí, les recomiendo que si para regresar a casa tienen que atravesar el País Vasco Español, vayan provistos de una lupa, no sea que tengan que parar en cualquier estación de servicio a restaurarse y les den gato por liebre.
Aquí las casas son de madera por regla general. En el verano son una delicia, pero en el invierno no hay quien las gane a frías.
ResponderEliminarPor cierto, no entiendo lo de llevar la lupa si se pasa por las provincias vascongadas. Más bien será al traductor jurado, ¿no?
No hay nada como la experiencia para poder opinar con sentido. No sabía que las casa de madera fuesen tan frías.
ResponderEliminarLo de la lupa es para poder leer la traducción que viene debajo de las letras grandes.
Bueno, no sé si son las casas de madera en general o las que hacen en Japón. Me imagino que si tienen un buen aislamiento en el tejado y las paredes y si el suelo está sobre una cámara de aire la cosa varía. En cualquier caso siempre la piedra o el hormigón mantendrán más el calor que la madera, supongo.
ResponderEliminarEl caso es que un día llegó a Villabermudo un camión procedente de Rusia cargado de vigas. Al día siguiente desembarcaron seis rusos que en menos de una semana dejaron allí una casa con la pinta más sólida y confortable que te puedas imaginar. A los pocos días, el dueño, que resulto ser un conocido empresario hostelero de Santander, hizo poner tres mástiles de considerable talla delante de la casa y en cada uno de ellos colocó una bandera. La de España en el centro, la de Castilla y León a un lado y la de Cantabria al otro. Y todo aquello lucía de un lindo que no veas.
ResponderEliminarNo si las casas de madera ventajas tienen muchas: son en principio más baratas, frescas en verano, más rápidas de construir. Las desventajas son que duran menos (en un clima como el de Santander veinte o treinta años), que hay que tener cuidado con la carcoma y que en un clima frío te congelas. Quizá en el clima temperado del norte no sea tan malo...
ResponderEliminarPues la casa de madera que hizo Jeremiah Johnson parecía muy confortable a pesar de toda la nieve que había alrededor. Lastima de indios. Por otro lado que una casa no dure más de veinte o treinta años me parece una gran ventaja. Es una garantía contra el apalancamiento, una, sin duda, de las peores plagas sociales.
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