Qué gran intuición la del clásico: en no teniendo mocos, no gustan de gargajos.
-Primeramente que no sólo puedan, sino que deban dezir las verdades, sin escrúpulo de necedades, que si la verdad tiene muchos enemigos, también ellos muchos años y poca vida que perder.
-Tenéis buen gusto -les decía-, nacido de un buen capricho, en andaros viendo mundo, y más en sus cortes, que son escuelas de toda discreta gentileza. Seréis hombres tratando con los que lo son, que eso es propiamente ver mundo; porque advertid que va grande diferencia del ver al mirar, que quien no entiende no atiende: poco importa ver mucho con los ojos si con el entendimiento nada, ni vale el ver sin el notar.
-Y así él, después de haber velado sobre el caso, traço de huírse; y no tuvo tanta dificultad como imaginaba, que en este orden de cosas el que quiere puede. Rompió con todo, que es el único medio, y saltó por el portillo de dar en la cuenta, aquel que todos cuantos abren los ojos hallan.
Hoy, como no tengo ganas de esforzarme, se lo tomo prestado a Gracián.
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