viernes, 25 de noviembre de 2011

Día histórico

"Día histórico y euforia para la gastronomía de Cantabria". Así de modesto comienza el artículo periodístico  en el que se da cuenta de que dos restaurantes de la provincia han sido distinguidos con una estrella Michelín. Desde luego que a estos periodistas se les llena la boca con cualquier cosa. ¿Histórico? Mejor histérico. Al menos esa es la sensación que uno tiene cuando comprueba la importancia que han adquirido unos conocimientos que no pasan de ser una modesta artesanía. Y malo, pero que muy malo, cuando la cúspide de la notoriedad de un país la ocupa un cocinero. Síntoma de decadencia donde los haya.

Se lo digo con conocimiento de causa, porque en las entrevistas que hace Charlie Rose en el canal televisivo Blomberg a las personas mas influyentes del mundo mundial, el único español es un cocinero. Empresarios, intelectuales, economistas, innovadores y, el único español, ya digo, cocinero. O sea, un modesto artesano elevado a los altares por mor de que a falta de pan...

Me van a decir a mí ahora, después de haber escuchado a Teresa Panza lo de que la mejor salsa es el hambre. Tienes hambre y todo te sabe a gloria. No la tienes y vomitas. Ahí reside el noventa por ciento del arte culinario. Y, luego, como resulta que el ocio, del que producimos a espuertas, genera ansiedad, y la ansiedad da hambre, pues ya tenemos la ecuación resuelta y miles de obesos mórbidos paseando por las calles en busca de condumio, que lo tienen fácil.

Que eso si que es algo por lo que convendría empezar a preocuparse en serio. La obesidad que hace estragos. Por muy diversas causas, no siendo la menor la de ensalzar a cocineros en vez de a dietistas. Aquí, si miran en google lo comprobaran, la palabra  dietética está asociada a conocimientos esotéricos. Y por eso uno de los mayores negocios del país, pertenecientes a la multinacional de la hipocondria, son las tiendas de productos dietéticos. Como si no fuesen tal los que se venden en Día y Carrefour.

En vez de enseñar a cocinar, enseñar dietética. O sea, cómo hay que comer para comer bien. Y al ser posible en un solo plato para que los camareros no tengan que echar tantas carreras. Enseñar a comer, que empieza por las cantidades y continua por las proporciones. Y es que, porque seas rico no tienes porqué forrarte a proteínas. Ni porque seas un simple tienes que creerte lo de lo "natural" y "productos de la tierra". Ni tampoco porque te sientas muy español tienes que alimentarte de tapas, tan sabrosas ellas gracias a la alta proporción de grasas saturadas. Eso déjaselo a los turistas, que disfruten del hallazgo.

En fin, se lo digo sin acritud, mala cosa cuando se piensa tanto en la comida. Y peor cuando empiezan a sobresalir las prominencias. Entonces, no leas a Schopenhauer porque te vas a deprimir.

3 comentarios:

  1. Finalmente parece que voy a poder publicar un comentario.

    Mis estudiantes a veces me preguntan que dónde está el mejor restaurante de comida española y yo les digo siempre lo mismo: en tu casa. Con lo divertido que es cocinar (y lo fácil cuando te pones dos días). No entiendo ese amor por los cocineros, la verdad. A mí nunca me ha sabido ningún guiso más rico que el que he comido en mi casa. Será eso de que no hay padre al que su hijo le parezca feo...

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  2. Por cierto, vaya pájaro el de la foto. Natural el pan de molde: pues tanto como el resto de los alimentos procesados (incluidos los llamados transgénicos, la cosa más rica del mundo, claro)

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  3. Sí, la verdad es que bien, bien, sólo como en casa o en casa de los amigos. Me gusta comer por ahí, pero no por la comida en sí. Sales, ves gente, ambientes. El otro día, por ejemplo comí en un indio. Fue como un viaje a los confines del mundo. Echándole un poco de imaginación, claro está. Y, luego, que no es lo mismo los que andáis por ahí por las razones que sea que los que chupamos casa por un tubo. La necesidad de salir a escampar la boira es como el hambre. Todo lo que ves te llama la atención. Entonces, ni te enteras de lo que comes.

    Jo, sí, lo del pájaro de la foto es de tesis doctoral. El tipo tiene embaucada a media España. Sobre todo a esas maduritas que hacen cursillos de expansión mental los fines de semana.

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